Aunque parte de su vida ha transcurrido en el extranjero, el cantante y actor panameño Arian Abadi siempre ha llevado a su país natal en el corazón.
Ahora, ya radicado en suelo patrio, busca seguir creciendo profesionalmente y llevar su talento a todos los rincones que le sean posibles. En entrevista con La Prensa, Arian, de 30 años, habla sobre sus inicios en las artes, sueños y los proyectos que ocupan su agenda. Entre Israel, México y PanamáNació y creció en Panamá. A los 17 años, recién graduado de la escuela, parte a Israel, donde vivió por seis años. Tres de estos años transcurrieron en estudios de producción de música, lo que le permitiría dedicarse a una de sus pasiones: el canto. En Israel incluso −de forma voluntaria− formó parte del Ejército israelí durante un año y medio. “El Ejército israelí es muy exigente, riguroso, pero a la vez muy humano. De allí rescató grandes amigos, mucha comprensión, educación y disciplina”, recuerda. Pero la música siempre estuvo presente en su vida, y de allí surgió el grupo musical Notra Sonotra, del cual fue vocalista. “Notra Sonotra fue el amor de nuestras vidas por seis años… era como una religión para nosotros”, cuenta Arian, quien hoy hace su carrera en solitario.
Esta banda, del género latin rock, llevó su música a México, España, Estados Unidos y Panamá.
En una de esas vueltas que da la vida, la banda musical decide establecerse en México, donde Arian, antes de retornar a Panamá, permanece por cinco años más. El sueño era emular los éxitos de populares bandas como Maná y Caifanes. “El grupo se organizó, nos tomó un año ahorrar para poder mantenernos tres meses como banda, en lo que nos íbamos en una gira promocional”, indica. Hoy día se siente agradecido por el apoyo del público mexicano: “Es lo máximo, hay una recepción cultural que es innata”.
Sin embargo, en tierras aztecas también hubo momentos difíciles. “Muchos de los mánagers nos habrán mentido y robado”. Tocó, entonces, “camaronear”, como se expresa en buen panameño. Así fue que hizo comerciales y formó parte de una compañía de teatro de improvisación. Pero las mismas vueltas del destino que lo llevaron a México permitieron su retorno a la tierra que lo vio nacer. Precisamente, las participaciones en programas de televisión, proyectos teatrales y incluso su protagónico en la película Operación Causa Justa influyeron en este regreso a Panamá. “Panamá ha sido algo que nunca me esperé. Cuando me fui en el 2006 era un niño y no entendía el potencial artístico. Ahora pude ver lo gratificante que es vivir del arte en Panamá, donde estamos viendo una explosión de la cultura naranja que nunca se había visto”, expresa. Arian también está convencido de que en el mundo artístico de hoy día se debe hacer carrera en todos los ámbitos. Y él no se ha quedado atrás, por lo que siempre ha tratado crecer artísticamente en todas las disciplinas, como sus experiencias en la televisión, el teatro e incluso el cine. “Yo naturalmente soy cantante y músico, pero la actuación siempre me ha dado tranquilidad. Cada vez que inicio con una obra de teatro estoy en una zona de pánico, pero luego lo disfruto de una manera inexplicable”, comenta. Hasta el 7 de septiembre participa de la puesta en escena de Perfectos Desconocidos, bajo la dirección de Aaron Zebede, en el teatro La Plaza. A su vez, Arian no duda en demostrar su entusiasmo por su participación en el proyecto cinematográfico Operación Causa Justa, “el que promete demasiado”. “Nunca pensé que iba a ver dramas de guerra en Panamá, explosiones, gráficos animados”, detalla. En este filme interpreta a un ser patriota, lo que le ayudó a más con Panamá”. “A los panameños les debo demasiado. Es un público al que quiero respetar y enamorar”, dice. “Yo soy panameño y no hay nada más que quiera que quedarme en el país para dedicarme al entretenimiento”, añade. ¿Un pensamiento que guíe tu vida? “En el arte y el entretenimiento vale la pena intentarlo… en el peor de los casos, aprendiste algo nuevo”.
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